La marca de nuestro pasar
En la actualidad, la presencia humana es ubicua en nuestro alrededor.
Hay una marca de nuestro pasar en un paisaje observable. Es en estos panoramas donde el hábitat natural se ve intersectado por los vestigios o actos del individuo y la sociedad; se resignifica, se modifica por nuestra mano.
En la búsqueda del paisaje, Gabriela Gutiérrez explora a través de esta serie fotográfica, las constantes visuales que lo definen y construyen, donde sucede el punto de encuentro entre lo artificial –el gesto intencional o involuntario humano– y la naturaleza, formando una escena armónica, equilibrada, aparentemente orgánica. El individuo no existe como tal en los paisajes de esta serie, más su presencia es innegable.
Sea una palma seca erguida donde el mar encuentra a la arena, o una malla delimitando espacios habitados rodeados de vegetación, La marca de nuestro pasar busca la relación entre estas dos contrapartes que confluyen y chocan, creando escenarios que aluden a una estética basada en la relación del caos y el orden, y nos invita a considerar las incógnitas de las historias que están detrás, a descifrar el contexto e imaginar las circunstancias que llevaron a todos y cada uno de estos elementos a estar en ese preciso tiempo y espacio.
Dar orden al caos – la relación que propone La marca de nuestro pasar entre la fotografía y el paisaje– es el proceso, el resultante es la imagen contemplativa, armónica, bella, aparentemente estática.